La Agricultura, en tiempos de confinamiento sigue luchando con las piedras del camino y no solo con las que salen de la misma tierra.
Mientras el COVID-19 se carga a España a nivel humano y empresarial, el campo sigue su ciclo. El virus vino acompañado de heladas a destiempo, granizadas y bacterias a lo que ya arrastrábamos las consecuencias de la campaña anterior en la que sufrimos tal pedregada que a los árboles les está costando remontar.
La fruta que pude salvar sigue en las cámaras sin vender y sin cobrar. Liquidé mis gastos y estoy de lleno con los del vigente. Es y va a ser un año duro, muy duro para TODOS.
Este invierno en La Almunia, los comercios hicieron una campaña de impacto donde en sus escaparates se leía: Se vende, Se alquila, Se traspasa…
¡Ya lo creo que impactaba!
¿Y si los agricultores y ganaderos hiciéramos lo mismo? Quizás, no se pueda probar y se haga una realidad.
En este sector no hay confinamiento, somos esenciales, pero no solo ahora lo hemos sido y seremos siempre no porque lo diga un estado de alarma.
Durante el encierro, en las idas y venidas al supermercado, a la nevera o la despensa… son satisfactorios porque ahí están detrás “los grandes olvidados”, exponiéndonos y trabajando para que no falte de nada.
Cada noche de desinfección, mi familia y yo salimos aplaudir con orgullo a los compañeros del sector, discretos y humildes que con sus máquinas, tiempo y solidaridad están haciendo una gran labor.
El mejor agradecimiento de la sociedad seria volcarse con los pequeños comercios, empresas del país y comprando ante todo productos nacionales.
Si de verdad estuviésemos concienciados de salvar lo que tenemos, no haría falta pedir auxilio.
Estoy segura de que al bicho le ganaremos la batalla entre todos, unidos y sacando lo mejor de cada uno. ¿Por qué no seguir así sin necesidad de un COVID-19 en nuestras vidas?
Yo sigo apostando por el Medio Rural……… ¿Y tú…?