Soy Mujer Rural cumple hoy 3 años, 3 años de visibilización de la mujer rural del ayer, hoy y mañana.

Esta Comunidad no nació un 8 de Marzo por casualidad; como os decía en mi primer post Soy Mujer Rural nació un 8 M porque como dice la ONU, “Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres“.

Sin ser amiga de las etiquetas, si se nos quiere etiquetar como activistas rurales o feministas rurales, aquí estamos unas cuantas de ellas, que seguiremos visibilizando, dando voz, potenciando, empoderando y luchando por los derechos de las niñas, madres y mujeres rurales.

Después de un año duro, en el que me atrevería a decir que la mayor carga nos la hemos llevado nosotras, cuidadoras por excelencia; necesitamos alzar la voz. Considero que aunque tenemos motivos de sobra, no es el momento de tomar las calles; ya llegará ese momento.

Hoy quiero que sean ellas, nuestras mujeres rurales, las que pongan sus palabras, deseos y emociones en este día. Y a vosotras daros las gracias por seguirnos estos tres años.

Empezaremos recordando a las mujeres del ayer, siguiendo por las del hoy y finalizando por las del mañana.

Día de la mujer trabajadora de Ricla

Homenaje a todas las mujeres en general y un recuerdo especial a algunas mujeres singulares de Ricla. En la mayoría de los casos hemos querido utilizar  el término “tía” pues así era como se denominaba a las vecinas de entonces. O sea, que eran una gran familia. Hemos omitido los sobrenombres o apodos de algunas de ellas, que sin duda hubieran facilitado su reconocimiento, pero no aparecerán para evitar herir la sensibilidad de familiares.

Este trabajo ha sido realizado por las alumnas del grupo de Nivel 2 de Formación Básica de Ricla.  Aquí os presentamos algunas de ellas, las que nuestra memoria nos ha devuelto. Seguro que vosotros y vosotras recordáis alguna más.

Eran otros tiempos y otros oficios, pero todas ellas representaron y representan la inteligencia, el coraje  y la entrega de todas las mujeres a lo largo de la Historia.

Mujeres trabajadores singulares de Ricla

  • La tía Vicenta, que extraía y vendía arena para fregar.
  • La tía Concha, que compraba y vendía leche.
  • La tía Nati, que hacía pasteles y turrones.
  • La tía Miguela, que vendía chuches.
  • La Maricruz, que trabajaba de peluquera.
  • La tía Jacinta,  que hacía el pan.
  • La Charo Borao, que era comadrona.
  • La tía Pilar, que era mondonguera.
  • La tía María, también hacía mondongos.
  • La  tía Carmen, que hacía fideos en las casas.
  • La tía Faustina, que hacía colchones.
  • La tía María, que era telefonista.
  • La tía Dolores, que regentaba una pensión.
  • La tía  Mª Luisa, que era modista.
  • La tía María, que arreglaba utensilios con el estaño.
  • La tía Lidia, que vendía ropa en un puesto del mercadillo.
  • La tía María, que bordaba y cosía camisas.
  • La tía Genara, que vendía aceite.
  • La tía Carmen, que vendía bocadillos y refrescos.
  • La tía Faustina,  que hacía recados, llevando paquetes a Zaragoza.
  • La tía Vicenta, que repartía las cartas.
  • La Tía María Cobos que bordaba a máquina encargos.

Recordamos a la madrina de Toñi, una de las alumnas, que no es de Ricla y ha querido contribuir con esta aportación; se llamaba Antoñita “La Cubana” y  era comadrona. Se desplazaba a las islas del archipiélago canario para asistir los partos.Grupo de Formación Inicial de Adultos en clase de tradición oral con Manuela Aznar

La igualdad se lucha junt@s

Hace unos días, alguien me dijo que celebrar el Día de la Mujer en pleno siglo XXI carece de sentido y que el feminismo ya no tiene causas por las que luchar.

Me habría encantado darle la razón. Sin embargo, tuve que recordarle la cantidad de mujeres que reducen sus jornadas laborales cuando son madres; la falta de corresponsabilidad en el hogar; las dificultades que encontramos para conciliar… Seguro que sabes a qué me refiero.

Este año, el 8M no teñirá las calles de morado, pero seguiremos celebrando las conquistas sociales, reivindicando y dando visibilidad a muchas realidades que no siempre se quieren ver. Y, sobre todo, seguiremos educando a nuestr@s hij@s para construir una sociedad donde hombres y mujeres seamos iguales.

Si eso es ser feministas, aquí estamos.

Mª Victoria Balsa

Hoy, mañana y siempre

Un año más, ha llegado el 8M, día en el que muchos de nosotros alzamos la voz más alto que en otras ocasiones para defender lo que consideramos que merecemos como sociedad e intentamos convencer al resto del mundo de por qué nuestro mensaje de igualdad debería ser compartido por todos.

Muchas son las percepciones que se tienen del 8M y todas ellas respetables, pero, últimamente, me encuentro con personas que solo saben verlo y relacionarlo con ciertos extremos, algo con lo que discrepo profundamente.

¿Qué son los trabajos? “Los trabajos son competencias y habilidades, acompañados de ganas e ilusión por aquellos que realizas.” Cuando leí esta reflexión no pude estar más de acuerdo y, puesto que pienso que habilidades y competencias tenemos todos, ¿por qué tenemos que seguir teniendo desigualdades salariales? ¿Por qué se duda ante un anuncio de empleo, si se pone en femenino o masculino? ¿Por qué no aprendemos de una vez a hablar y tratar a la sociedad (hombres y mujeres) por igual?

Siento mucha tristeza cuando veo que estos valores y este pensamiento se han paralizado en muchos casos. Cuando la gente dice compartirlos, pero en realidad no admite que el mundo gira y cambia constantemente. Tristeza cuando las personas piensan que defendemos asuntos sin importancia o solamente los derechos de las mujeres, cuando, en realidad, defendemos los de todos y también la propia vida. ¿Parece poco?

En nuestras manos está el transmitir ciertos valores a nuestros hijos y a las nuevas generaciones para hacer de este, un mundo más igualitario. Me genera cierto desazón pensar que quizás nuestras hijas tengan que seguir luchando por esa igualdad. Al mismo tiempo, me reconforta pensar que, quizás, con todo lo que hacemos este y el resto de días del año, estamos más cerca de conseguirlo.

Mertxe Aisa

Igualdad sin tópicos

Abordar el tema del día internacional de la mujer en el ámbito de la educación se ha convertido este año en especialmente espinoso.

Para los adolescentes de diferentes culturas con los que convivo a diario, el 8M significa únicamente un tira y afloja constante entre diversos colectivos que plantean la posibilidad o no de manifestarse en estos tiempos de restricciones en los que ellos sienten especialmente mermada su libertad. Los estereotipos preconcebidos en la mente de cada uno de ellos dañan mucho la imagen de la mujer que lucha por empoderarse. 

El concepto de sororidad ha empezado a tomar forma en el esquema mental de mis alumnos hace tan solo algunas semanas, aunque estoy convencida de que llevan tiempo aplicándolo.

Mujeres que ayudan a mujeres, mujeres que evitan los juicios, mujeres que respetan y se respetan. Así pues, inculcar algunos matices igualitarios a mis chavales, sin recurrir a tópicos, es mi objetivo particular para este 8M y para el resto de mi carrera.

Porque no puedo cambiar el mundo, pero tengo en mis manos el material más valioso: los hombres y mujeres del futuro, los hombres y mujeres que lo conseguirán.

Beatriz Arruego

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